miércoles, 5 de diciembre de 2012

Verónika


Caminaba con paso temeroso pero firme a la vez. La noche era oscura, luna nueva, y los grises nubarrones clamaban tormenta. Se detuvo un momento en una esquina y, apoyada en una farola, sacó un cigarrillo de su escote, el de emergencia. El encendedor lo llevaba en un minúsculo bolso de mano que abrió sin titubear. Abandonó la ruidosa avenida para adentrarse en uno de los sucios callejones, mientras aspiraba la primera calada. Qué maravilla, pensó cuando de una segunda calada se fumaba casi medio cigarrillo. Unos pasos más y ya solo oía el tac-tac de sus tacones al andar. Estaba nerviosa. Llevaba esperando aquel encuentro toda la semana, tal vez toda su vida. Había hecho esto otras muchas veces pero ninguno le había podido proporcionar aquello que llevaba buscando desde que era casi una niña. Los recuerdos de su infancia empezaron a emerger con la siguiente calada y pensó que había empezado a fumar porque el olor del tabaco le recordaba a él. Miró el reloj de pulsera y se dió cuenta que había llegado demasiado pronto. Aspiró la última calada muy profundamente y mientras el delicioso humo aromatizado salia de su boca no pudo evitar acordarse de él, de su padre, el que le había enseñado todo, el que la había iniciado en aquella necesidad que la absorbía por completo. Solo de pensar en aquellas duras manos azotando su culito se humedecía. En un principio no le gustaba nada que él fuera tan duro con ella, pero conforme fue llegando la adolescencia aquellos castigos se habían convertido en algo más...necesario. Y un día se dio cuenta que a él también le gustaba, que cuando la colocaba sobre su regazo y le levantaba la faldita, algo bajo sus pantalones comenzaba a crecer. Ella sabía perfectamente lo que tenía que hacer para recibir su merecido y al final terminaba provocando dichos encuentros....pero todo terminó un día en que su madre entró en el cuartito donde padre e hija daban rienda suelta a su pasión.
Y allí estaba, un encuentro más, una noche más buscando aquello que una vez la volvió completamente loca. En ese momento las primeras gotas de agua empezaron a caer pero estaba tan inmersa en sus recuerdos que no le importó mojarse. De repente una figura entró en el callejón. Se le puso la piel de gallina y comenzó a avanzar hacia él. Esos pasos, esa silueta. El desconocido se paró y encendió un cigarrillo. La adrenalina se apoderó de su cuerpo y el corazón casi le da un vuelco. Tras una profunda calada el desconocido se quitó el sombrero y articuló unas palabras:

-Cuánto tiempo, Verónika...


noviembre 2008

jueves, 15 de noviembre de 2012

Rutina



Me cansa despertar cada mañana
para volver a empezar un nuevo día
y tener que nombrarlo nuevo
cuando no hay nada nuevo que nombrar.

Desayunar lo mismo que desayuné ayer,
ver el mismo canal otra vez,
y observar que, a mi alrededor,
todo sigue tal y como lo dejé.

Me aburre despertar cada mañana
para darme cuenta que sigo viva
y saber que aún respiro
cuando lo que quiero es seguir dormida.

Escuchar la misma música,
leer los mismos libros,
tener la misma pareja,
fumar los mismos cigarrillos,
vivir en la misma ciudad.

Me desespera encontrar cada mañana
la misma imagen en el espejo,
no necesito un infierno,
si éste es rutina,
él y yo hace tiempo que nos conocemos.

diciembre 2008

domingo, 4 de noviembre de 2012

Sucedió en la cama


-Tú estarás la tercera en mi ranking, dijo esbozando una media sonrisa.
  Rompió el silencio para restarle importancia al sentimiento.
-A mi no me importa tu ranking, le contesté al cabo de unos segundos. Yo solo dejo que me uses.


jueves, 1 de noviembre de 2012

Durmiendo despierta


Todos huyen, disfrazados;
su pasado ahora es una máscara, 
riendo sobre lechos de espinos,
espinos que yacen vestidos
de hermosas rosas;
sus aterciopelados pétalos
innundan el camino al cielo
y la cegadora luz en mi sueño
ya no brilla blanca, pura.


diciembre 2009


sábado, 27 de octubre de 2012

29


Si hay luna llena,
si la noche te llama,
si no sientes nada, 
déjate corromper 
por un rayo de plata,
deja que exploten tus entrañas.

Deja que caigan
algunas lágrimas,
que, aunque amargas,
bajo la luz argenta,
serán madreperla
y no palabras gastadas.



lunes, 22 de octubre de 2012

La batalla


Esta, mi amor, será una
cruenta batalla,
una batalla en la que vestirás
el corazón de cota de malla,
que empuñarás la espada
de las elecciones,
y cabalgarás a lomos
de una vida frustrada.
Nunca fueron justas
las batallas,
a veces se pierde mucho,
otras no se gana nada.
Se que lucharás con fiereza,
que tu espíritu desea ganar,
que no lucharás solo,
siempre viaja la victoria
al lado de un futuro emperador.
Ella quiere proteger tu corazón,
verte cubierto de gloria,
te ofrecerá sus alas,
sembrará el campo de rosas
disipando el olor de la sangre,
acariciando la violencia
de la muerte
con su fragancia de diosa.
Con un lecho de pétalos
las caidas serán primavera,
con sus alas de escudo
las estocadas, dulce seda,
¡con su amor vencerás la guerra!

Marzo 2011

viernes, 12 de octubre de 2012

28



Proyectada en la pared,
siempre alerta,
como una defectuosa
copia de mi contorno,
temerosa de encontrarse
con un espejo,
me vigila mi sombra.


domingo, 7 de octubre de 2012

Razones para amarte



Tengo millones de razones para amarte, tantas como maravillas tiene el mundo y, si tu te vas, desaparecerá el sol cada mañana, no habrá estrellas en el cielo que contar ni árboles bajo los que descansar. Se extinguirán los gatitos y el azúcar, la risa de la gente se tornará mueca y la coca-cola perderá sus burbujas.

No habrá más domingos con nombre de miércoles ni películas de legendarios reinos con hermosas ninfas. Los besos serán pegatinas regaladas en chicles sin sabor, los violines un trozo de madera que ha perdido el color.

Si tu te vas caerán del trapecio los acróbatas, el chocolate será pimienta y todos los videojuegos, buscaminas.

Se esfumarán contigo las violetas, la música, los museos, la nochevieja, los plátanos, cumpleaños, mantitas polares, porros, poesía... solo si tu te vas.


diciembre 2010

jueves, 4 de octubre de 2012

27


Su mirada no existe 
o ya se perdió junto al horizonte,
placentero lugar donde nunca
pasa nada, no hay alteraciones.
Un cigarrillo, que ya se ha consumido,
cruje en el ambiente, 
exhalando su último suspiro;
tiene la piel helada en un día cálido,
tiene la mente nublada aunque el cielo
esté despejado.
A través de la ventana se oye,
en la lejanía, una perra gritando,
el dolor de una penetración
que es capricho de la naturaleza.
Vaya donde vaya,
la realidad siempre espera.


domingo, 30 de septiembre de 2012

De cuando Violeta creía que podía volar




 Antes de cumplir 6 años, Violeta estaba absolutamente convencida de que podía volar. No sabía por que ni cuando había adquirido esta habilidad pero tan segura estaba que una tarde decidió subir al terrado de casa de su abuela para probar al mundo lo que era capaz de hacer. Mientras subía por las escaleras del patio interior, no pensaba en nada mas que en los lugares que visitaría. Se visualizaba surcando el océano Atlántico de camino a Egipto, atravesando la tundra soviética compitiendo en velocidad con el Transiberiano o aterrizando en una paradisíaca isla de los mares del sur. Pensar en todos estos lugares de libro le dibujaba una cálida sonrisa en la boca y un suave cosquilleo recorría su espalda. Antes de subir el último escalón, se acordó de su hermana y de su abuela, se le ocurrió que probablemente se preocuparían por ella si cuando volvieran de la compra no la encontraban en casa, pero este pensamiento duró apenas unos segundo pues sus ganas ya viajaban por todo el mapa.
 Una vez en el terrado, buscó un buen lugar desde el cual alzar el vuelo. No le llevó mucho rato encontrar pista de despegue, optando al final por la barandilla que había en el lado este. Desde su posición de cinco años, la barandilla se veía muy alta, así que tuvo que buscar algo como una escalera o una vieja maceta de barro para poder llegar. Una vez arriba miró hacia el horizonte desafiando al mundo, o mas bien desafiando al sentido que para ella tenía el mundo. Y no pudo evitar pensar, por un momento, que todo aquello era una gran locura. ¿De verdad podía volar? ¿Dónde estaban sus alas?.
 Quiso eliminar esos pensamientos, hacer vacío a una mala idea lejana que rondaba en su mente. Pero no podía, sentía que alguien quería explotar todas las burbujas de su realidad. No iba a permitirlo de ningún modo. Cerró los ojos e intentó imaginar como serían las nubes y si el cielo de verdad tenía ese color en las alturas. Esto la relajó y ya se sentía lista para volar. Colocó los brazos en cruz, respiró profundamente y saltó.
 Al rato abrió los ojos. Le dolía todo el cuerpo y parecía que la cabeza le fuera a explotar. Estaba tumbada bocabajo en el suelo del patio interior. Se incorporó como pudo y, ayudándose con las paredes y puertas de la casa, llegó hasta su cama donde cayó rendida en un profundo sueño. Durmió mas de treinta y seis horas seguidas. Cuando despertó ya era domingo y su abuela la esperaba en la cocina con un tazón enorme de chocolate caliente.
-Te diste un buen golpe, nenita, a saber qué andabas haciendo subida en la barandilla!!. Violeta se puso roja y agachó la cabeza. Nunca le contó a nadie su encuentro con la realidad.

septiembre 2009

jueves, 27 de septiembre de 2012

Sin título


Yo soy, tras la lluvia,
la carcajada que se aloja
en tu pecho,
deshaciendo el nudo
que tanto te atraganta.
Yo soy paz tras la tormenta,
soy alivio, respuesta;
abre, de tu morada, la puerta,
deja que conquiste la tristeza,
esa que te tiene derrotado,
que te ciega.


año 2011

sábado, 22 de septiembre de 2012

Recuperando viejos escritos


 Tengo otro blog del cual paso como la m.... mucho más que en este, que también lo tengo abandonadillo, así que he pensado en unirlos y juntar toda (bueno, toda no) mi creación (literaria?, no lo se)....aaains, suspiro :)

besicosssss y huesitoss

sábado, 15 de septiembre de 2012

26


Algo resuena en el fondo de mis pensamientos,
lejos, tan lejos como la imagen de mis primeros patines;
no se si es una risa, un arañazo, un golpe o un grito,
no desea ser encontrado pues de mi se esconde.
"Ven con mami, gatito-gatito, 
para poder, de una vez, conocerte,
darte forma y nombre"

lunes, 9 de julio de 2012

25



Solo dejad que vayan cayendo,
revoloteando uno a uno,
como naipes en manos de un torpe
 aprendiz de mago;
cansados de la vida
y quejándose a cada paso
de lo corta que es la existencia,
de que nada que hayamos creado dura.


sábado, 11 de febrero de 2012

Una historia por partes

A los dieciséis ella ya había planeado su futuro y decidió compartir esa información conmigo:
-Moriré a los treinta, me dijo mirándome a los ojos. Yo esquivé la mirada. Pero no sin haberlo probado todo primero.
Yo sabía que todo no implicaba nada bueno de lo que la vida te ofrece,
sino más bien lo contrario. Todo implicaba dejarse caer deliberadamente en el pozo oscuro y amargo de la existencia humana. Todo implicaba cortarse las alas antes de que éstas crecieran. Era vendarse los ojos en un momento en el que empezábamos a conocer la realidad. Y a ella la realidad nunca le gustó.
En aquel momento decidí que nunca me separaría de ella pues sabía que iba a necesitar una amiga en su terrorífico viaje y, aunque la idea me daba escalofríos, me armé con la mejor sonrisa que pude y le contesté:
-Cada uno tiene derecho a elegir sus sueños o sus pesadillas. No me uniré a tu fiesta pero siempre estaré ahí cuando me necesites.
Me llamó exagerada y me dijo que no hacía falta ponerse tan seria. Nos reímos y seguimos el camino de cada día hacia el instituto.
Continuará...



domingo, 22 de enero de 2012

24


Duerme,
tan plácida y sonriente,
mi pequeña estrella;
sus grandes ojos
aquí cegados,
ahora vigilan de cerca
el otro lado
y, en este,
me toca a mí protegerla;
duerme,
relajada y confiada,
mi pequeña estrella.

sábado, 7 de enero de 2012

Maldita rata

Arremetió contra ella empujándola contra la pared, una y otra vez, como si fuera un contrincante en un campo de rugby al que tuviera que derribar a la vez que espetaba insultos demasiado pueriles para su edad. Mientras la zarandeaba se dió cuenta que ni siquiera tenía la decencia de mirarla a los ojos, el muy cobarde, rata cobarde...todos en la plaza observaban la entrañable escena por encima de sus hombros pero nadie abrió la boca, solo los ojos, ¡cómo abrían los ojos!
Decidió no gritar ni llorar, no quería otorgarle a la maldita rata el placer de sentirse superior así que hizo acopio de todas sus fuerzas y apretó los músculos de su delgado cuerpo tanto como pudo. La rata cobarde se cansó y se alejó puteando entre dientes a saber qué clase de insulto. Lo que no pudo controlar fueron los recuerdos, ¡maldita sea!, y poco a poco la imágenes archivadas en el olvido se pusieron el traje de baño y empezaron a caer por sus mejillas. ¡Estaba rabiosa! Ya no era una niña indefensa... y la rata ya era vieja, si quisiera podría enviarla al otro barrio con sus propias manos... se sintió impotente... sacó un paquete de cigarrillos del bolsillo de su chaqueta... si pudiera...
Esa noche soñó que estaba en la playa y que el mar estaba alterado, violento formaba inmensas olas que chocaban contra la orilla para morir absorbidas por la arena. Lo que más le gustó fueron los gigantescos delfines que cabalgaban las olas, a veces de "pie" sobre sus colas, otras tumbados boca arriba sobre la blanca espuma. ¡Y los calamares! Eran tan grandes como los delfines. Gracias a que el agua estaba clara podía verlos haciendo de las suyas justo cuando rompian las olas. Y la gente los fotografiaba desde las rocas que había a un lado de la playa. Había otras tantas criaturas marinas pero las veía borrosas cuando, al día siguiente, intentó recordar el sueño.