Su mirada no existe
o ya se perdió junto al horizonte,
placentero lugar donde nunca
pasa nada, no hay alteraciones.
Un cigarrillo, que ya se ha consumido,
cruje en el ambiente,
exhalando su último suspiro;
tiene la piel helada en un día cálido,
tiene la mente nublada aunque el cielo
esté despejado.
A través de la ventana se oye,
en la lejanía, una perra gritando,
el dolor de una penetración
que es capricho de la naturaleza.
Vaya donde vaya,
la realidad siempre espera.
2 comentarios:
y es que en cualquier espacio se encuentra un episodio de vida
siempre, a veces te hace feliz y otras te revienta los circuitos.
Publicar un comentario