domingo, 3 de enero de 2010

Pesadillas

Eran demasiadas las noches
que no se atrevía a conciliar el sueño
pues sabía que sus peores pesadillas
estaban esperándola, sedientas de
fantasías y anhelos ocultos,
robándole la vida con sus palabras.
Y había otras noches, escasas y
terroríficas, en las que las pesadillas
la obligaban a dormir tomando
forma real, escapando así del mundo
onírico para perseguirla sin descanso
devorando a su paso toda luz y cordura.

Duerme, niña, no hay presente
y el mañana ha sido devorado
por las garras del pasado
que, una y otra vez, arañan
tus entrañas.

Extraído del libro de Cantos de la Torre de Hielo