martes, 20 de diciembre de 2011

Escarlata


Caminaba sola por la calle, siempre lo hacía de noche, y cuando digo sola me refiero a que ni su propia sombra la acompañaba pues un día decidió arrancársela de cuajo. Era por esto que el alma le sangraba por los pies, una herida que jamás se cerraría ya que siempre caminaba descalza.
Tras ella, lo único que quedaba era un rastro de color escarlata que sólo unos pocos podían ver si tenían la suerte de ser alcanzados por un rayo de luna en el preciso instante que miraran hacia el suelo.

miércoles, 10 de agosto de 2011

Hola-holita

Jolin! Cuántos meses de abandono y ahora (bueno, hace rato ya) el verano... Lo cierto es que soy incapaz de seguir el hilo sin tener internet en casa y es que tengo esa manía de necesitar mi espacio personal para crear y publicar, me es imposible hacerlo en un lugar público... pero sigo escribiendo en mi libretica, mi pc, en hojas sueltas, en servilletas y para septiembre (que es cuando calculo volver a tener conexión en casa) a ver si puedo volver a renacer :)
Y a leer, que estoy desconectada de ambos lados, no doy ni recibo.... qué tristeza!

Un huesito


PD: vaya verano de ful, no? creo que no he vivido más de dos días seguidos de radiante sol :S hasta tormentas de arena he sufrido en mis carnes!!! el planeta se va al garete, otra tristeza y muuy grande....


viernes, 22 de abril de 2011

23



Se deshacen conforme
avanzan
y ahora son solo manchas
blancas,
manchas sobre un oscuro
lienzo;
su aroma a cada paso
es de tomillo y manzanilla
y se oye,
perdido en la lejanía,
el canto amargo
saboreado por esta
tinta,
que es la última
que las vió sonreír antes
de iniciar su marcha.

domingo, 27 de marzo de 2011

KALISHTRA



Cuando llegó a la torre de Hielo

era menos que nada,

arañó la puerta con un suspiro,

el último que le quedaba

y cayó en mis brazos,

maltrecha, agotada.

Sus pequeños ojos negros

mostraban un camino perdido,

su enjuta apariencia

decía que había sido devorada,

que vivía en un pozo oscuro,

su soledad la consumía

¡parecía tan desgraciada!

En ese instante,

en el que se cruzaron nuestras

miradas, decidí amarla.

Decidí amarla sabiendo

que amor no me quedaba,

decidí cuidarla sintiendo

que levantaría mi alma.

Y fui recompensada.

Se convirtió en mi protectora,

de día vigilaba mi sueño,

de noche mi locura equilibraba,

y nunca me pidió nada.

Era fiel, alegre, era brava,

y yo, como una madre orgullosa

durante horas la observaba.

Se convirtió en mi amiga,

podía contarle cada secreto,

cada muerte que experimentaba

y ella, atenta, siempre escuchaba.

Lloraba si yo estaba triste,

aullaba si estaba destrozada,

y nunca me pidió nada

pues sabía que yo la amaba.

La nombré: Kalishtra

y le otorgué un alias:

mi fiel guardiana.

Y fuimos uña y carne

en las eras más heladas.


Disfruta, princesa,

me dijo al oido,

disfruta de tu allegada,

todos necesitan miel

entre batalla y batalla.

Pero ... ¡cuidado!

no olvides, princesa,

que las nubes taparán el sol,

que la oscuridad acecha

consumiendo el amor.



Extraído del libro de Cantos de la Torre de Hielo

domingo, 6 de marzo de 2011

22



Seis pájaros en mano pero ninguno vuela.


La observó, distante,
al otro lado del sofá;
entrecerrados los ojos
y el ceño, fruncido.
Tal vez imaginaba
algún instante del pasado,
quizás ...
Ella le devolvió la mirada
y, en su corazón, pensó
que algún día se moriría.



la fotografía pertenece a: www.kumasphotos.blogspot.com

domingo, 30 de enero de 2011

Realidad o sueño?

No había noche en la que
no sintiera que todo,
todo lo construido a su alrededor
pudiera tener el poder
de desvanecerse por si mismo.
Muchas veces su vista se perdía
en el horizonte nocturno mientras
que, en su hueco corazón,
crecía la desesperada sensación
de ser protagonista de un teatro
de títeres y marionetas.
Se ha convertido el paisaje en cartón pintado,
balbuceaba con la vista perdida,
si llueve todo desaparecerá bajo el agua.
Los labios de Fúria comenzaron
a entonar una vieja melodía,
tal vez la conocía, tal vez no.
Señora que rige esta pesadilla,
libérame presto de tu influjo,
de tus temores no quiero ser la reina,
de rodillas te imploro:
¡abre la caja, deja que entre la vida!
una que no sea soledad,
que rompa la vieja herida,
la que se está adueñando de la realidad.


Extraído del libro de Cantos de la Torre de Hielo

viernes, 7 de enero de 2011

La estancia

Existe una estancia en la Torre de Hielo
cuyo paradero exacto en el lugar
es del todo confuso.
Fueron muchas las veces que Fúria,
en sus largos y meditativos paseos,
fue a parar a la misteriosa estancia.
Lo más raro del asunto
es que nunca lograba recordar
los pasos que había elegido.
Una vez fuera de la sala
lo único que guardaba su memoria
era la sensación de sentirse viva, plena.
Conforme se alejaba del lugar
la sensación iba perdiendo fuerza,
hasta convertirse en un confuso
sueño de una época pasada.
Eso ha estado cerca,
silbó el viento entre rendijas,
tu juego se acaba,
chirriaron las puertas.
Y clamaron al unísono:
De su corazón, la princesa,
cada día está más cerca.
Extraído del libro de Cantos de la Torre de Hielo