martes, 24 de diciembre de 2013

FELIZ NAVIPEICH!!


Sí, soy un alma anacrónica que prefiere adorar gatos a humanos que mueren jóvenes y nos dejan con eterno sentimiento de culpa. Aún así la felicidad es importante y os deseo a todos unas felices fiestas y me gustaría recordaros que no consumáis más de lo que vuestros cuerpos puedan alojar y que no regaléis cachorros a personas que no se comprometan de por vida. (Esta gente que luego los abandona en verano me pone enferma!!)

FELICES FIESTAS A TODO EL MUNDOOOO :)



domingo, 15 de septiembre de 2013

Volver a casa de mis padres o como perder la paciencia por falta de paz



   Si no es un eructo tamaño dinosaurio, es un pedo tipo bomba atómica. Si no es un partido de tenis, rugby o fútbol la escusa para gritar delante del televisor, es una de las tropecientas películas con el sonido estilo THX-destrozo-tus-tímpanos que mis padres acostumbran a ver a diario. O una serie americana en la que parece obligatorio reírse sobrepasando los decibelios que un oído humano es capaz de soportar. O las interminables charlas con las gatas en la cocina, que está pegada a mi temporal alcoba, como si éstas entendieran castellano mientras los ruidos de cacerolas, tapas y cubiertos sobre platos de cristal llenan mi mente cada segundo de molesto ruido y del cual yo parezco incapaz de poder aislarme, siquiera para poder leer un artículo, ¡qué cojones! , unas líneas del suplemento literario de El País.
O, tal vez, son las estúpidas discusiones que tienen desde que despunta el sol hasta que se oculta sobre temas tan típicos como absurdos tales como la eterna rivalidad por el mando a distancia o quien ha pagado la factura del supermercado o al butanero y cuanto se deben reembolsar para equilibrar la convivencia económica de este absurdo ex-matrimonio que (desengáñense de un vez), en realidad, no pueden vivir el uno sin el otro. Los increíbles alaridos de mi madre si se le vuelca una gota de té, ¡coño, ma, solo es té, no un humano cayendo por un precipicio sin fondo!. Los tronadores insultos al aire de mi padre si no encuentra su cucharilla para el café. Otra vez los gritos de mi madre si vuelve a casa de trabajar y alguien se ha olvidado de comprarle helado ahora que llega el calor. Más gritos si mi padre se está preparando un suculento tentempié y Mina, mi gata, lo acecha sin descanso hasta obtener un trozo de queso o de jamón, ¡joder, no le des un poco de todo lo que comes y ella no irá desesperada cada vez que oiga tus andanzas cerca de la nevera!. Cerrar los armarios de la cocina con la fuerza de mil titanes. Colocar una taza sobre la mesa en plan ¡eh, aquí estamos mi taza y yo haciéndole la competencia a Thor y su poderoso martillo! No entiendo cómo no se rompen, deben estar hechas de adamantium.
Y es que haber vuelto a casa de mis padres para refugiarme de la crisis le está costando muy caro a mis ya de por si hechos polvo nervios. Lo más seguro es que el problema lo tenga yo, al fin y al cabo soy yo la que ha venido a su hogar y no ellos al mío.
Pero incluso en mi casa, en la peor época, habiendo vivido una temporada con tres gatos y dos perros que me destrozaban la vida más una relación tormentosa que terminaba de destrozar lo que mi zoológico personal no alcanzaba, incluso en esa época, hallaba momentos de paz en los cuales podía sumergirme en las página de un libro sin escuchar siquiera el aleteo de una mosca. Tampoco estaba pidiendo mucho, ¿no?. Si al menos en esta casa hubiera costumbre española de dormir la siesta con eso me bastaría, pero no, aquí las únicas que duermen la siesta son “las pieles”.
Y ahí no acaba mi berrinche. Mis padres no son los únicos que me dan por culo con el tema del ruido. No. Para colmo, la Mii, encantadora pero temible gatita (una de las pieles) que habita por estos muros, tiene la mala costumbre de exigir sus derechos, bueno, lo que ella cree que son sus derechos, a maullido pelado, de ese que se te mete en el oído en plan taladro industrial hasta que, desesperada, acabas cediendo a sus caprichos. Cedes o la matas a sangre fría. Y siempre cedes porque lo de matarla es del todo imposible. Repito, del todo imposible pues la Mii tiene de su lado un gran poder: el estilo de lucha ocular “todo-en-mi-es-kawaiiiii”. Seguro que fue ella la culpable del suicidio de Hitler.
Voy a terminar diciendo que yo no soy una santa pues son famosos mis arrebatos de ira ante estas molestias. No es que oiga un pedo y salte a la yugular, lo hago cuando he sobrepasado el límite de flatulencias que un ser puede aguantar. Aunque entrar en modo berserker es del todo inservible ante mis padres y os diré por que: el reacciona riéndose y ella pone su cara de “ pobrecita mi hija que enfermita está” (no voy a explicar esto último pues es muy largo de contar y no tengo ganas), consiguiendo desinflarme a base de hacer que me sienta impotente, de media vuelta y me meta en mi cuarto a morderme las uñas cuanto menos.

P.D.: ¡Y la obra de enfrente también puede irse a tomar por culo! Llevan meses para construir un puto edificio de cinco plantas, ¿es que les pagan por minutos?

3.4.2011

jueves, 23 de mayo de 2013

"Happy V-day" to me!!! gracias google :)


Se me ocurren tantas cosas que decir...
...pero nada permanece más de un segundo seguido en mi red de pensamientos.
Una pena, nunca podrán ser escritura y quién sabe si vuelven a aparecer.
¡Menos tablets y más neurotecnología!, 
como un grito de guerra emergió sobre todas las demás conexiones cerebrales.


miércoles, 1 de mayo de 2013

Trauma


Estaba sentada en el sofá, buscando algo en la televisión que la distrajera de sus pensamientos. El familiar sonido de unos pasos que se acercaban terciaron su estado de ánimo. El hombre que los calzaba se quedó parado, observándola, como en otras tantas ocasiones. Aquel comportamiento la ponía nerviosa.
-Te has cortado el pelo?, siempre eran preguntas o comentarios que llegaban tarde, con mil horas de retraso, una vida entera.
Estaba emergiendo y era ira. Trató de contenerse.
-No tengo ganas de iniciar ningún tipo de conversación, su tono de voz no podía ser más seco. Era demasiado tarde. El hombre soltó una carcajada y se fue murmurando algo. Lo odió con todas sus fuerzas.
Parecía que la ira se esfumaba cuanto más se alejaban los pasos. Supuso que tal vez había sido demasiado dura, que ya no era una niña para comportarse de aquella forma. Oyó el ruido de una puerta cerrándose.
La tristeza la invadió mientras pensaba que, a lo mejor, el hombre, tras la lejana puerta, se sentía como ella en ese momento. En una película ella hubiera caminado hacia la lejana puerta. Todo ficción. En la realidad, su expresión máxima había sido escribir este texto, que lo leerían unos pocos desconocidos y nunca llegaría a quien de verdad iba dirigido.

jueves, 28 de marzo de 2013

Pasar página




Hace 6 años...
Prólogo


Hay que ser gilipollas! mascullé entre dientes mientras recordaba lo sucedido aquel soleado día de diciembre y, a continuación, en mis labios se dibujó la típica sonrisa de quien ha estado enamorado alguna vez. Los recuerdos de mi último y desesperado acto para recuperar a mi único amor ahora me parecían de lo más estúpido. A pesar de que era consciente de que, gracias a ello, por fin había conseguido pasar página.
¡Qué absurdos me resultaban ahora los dos últimos años de mi vida! Pero, por lo visto, hay situaciones por las cuales es obligatorio pasar. Y hasta que no las vivimos no nos damos cuenta de lo fácil que hubiera resultado en un principio seguir otro camino. Así es como aprendemos de nuestros errores o simplemente terminamos conociendo nuevas formas de andar el camino.

I

Victoria mordisqueó, nerviosa, la tapa de plástico de su bolígrafo mientras sujetaba con firmeza sobre sus piernas un cuaderno de notas. Nunca había escrito a nadie, absolutamente a nadie, una carta como aquella. Esa misma mañana había estado "hablando" por messenger con una amiga sobre el tema en cuestión. Una amiga cansada ya de escucharla lamentarse otra vez de un tema supuestamente zanjado hacía meses. Una amiga que terminó optando por la mejor decisión que se pueda tomar ante un tema así.

Quieres vivir para siempre? dice: no puedo evitarlo, es una recaída :_(

Luna dice: pues aclarate ya porque no puedes jugar a dos bandas, eso no está bien

Quieres vivir para siempre? dice: entiéndelo, sigo enamorada de él, estas cosas no pueden evitarse

Luna dice: ¿pero alguna vez le has dicho lo que sientes?

Quieres vivir para siempre? dice: es que cuando lo veo se me pone la percha en la boca y no logro vocalizar nada, no se, es como si su presencia intimidara mi "jetus" natural para hacer las cosas jijiji

Luna dice: jajaja, pues escríbele una carta, ¿no? y cuando venga a recoger sus cosas se la das

Quieres vivir para siempre? dice: no se, nunca he escrito una carta de amor a nadie, no sabría que decir, y si no la lee? u_u
Luna dice: tia tu escribes todas esas cosas y ¿no eres capaz de escribir una carta de amor?
va, empieza ya y me la pasas para que yo la lea y te digo como esta, pero se seria, nada de frases frikis de las tuyas
Quieres vivir para siempre? dice: vale, voy por mi libreta, cuando la termine la escaneo y me cuentas ^_^

Luna dice: ¿aún usas papel? jajaja, yo lo hago todo en el portatil, hasta la lista de la compra, y luego se la envio a Fer al despacho para que compre a la vuelta del trabajo
Quieres vivir para siempre? dice: ¬¬ el papel nunca morirá, hay cosas que mola más hacerlas como "antaño"

II

Y allí estaba, derruyendo aquel tapón azul e intentando transformar sentimientos en sonido y sonidos en palabras. La madre que lo parió, qué dificil es esto! se dijo a sí misma mientras hacía garabatos en el margen del cuaderno. A su mente le venían multitud de recuerdos, imágenes donde el y ella reían, bailaban, se emborrachaban, jugaban, etc...
Y comenzó a escribir. La tinta de su bolígrafo corría veloz por las líneas que marcaban el camino correcto de rectitud y prolijidad. Aunque ella se las pasara por el forro. Al principio su letra era bonita y clara pero, conforme pasaban las páginas, se tornaba desastrada y del todo ilegible. Como los latidos de su corazón. ¡Qué cúmulo de emociones recorría su cuerpo de arriba a abajo! A veces lloraba, otras se reía. Hasta que terminó.
No la leyó ninguna vez más, esperaría a pasarla a limpio pero primero necesitaba una crítica. La escaneó y rápidamente se la envió por messenger a su amiga esperando que ésta le diera el visto bueno.

Luna dice: me has hecho llorar. Pero no se la darás así, ¿no? está llena de borrones y esa letra! pásala a word

Quieres vivir para siempre? dice: la pasaré a limpio pero con mi letra, entregarle una carta en word me parece de lo más impersonal

Luna dice: ¿a qué hora vendra?

Quieres vivir para siempre? dice: sobre las cinco :3

Luna dice: pues ya me contarás. Espero que te vaya todo muy bien. Ya sabes, si lo visualizas acaba ocurriendo, es lo que siempre hago yo :)

III

Victoria metió la carta bien doblada dentro de un sobre en blanco y esperó tumbada en su cama a que el llegara mientras imaginaba como se podría desarrollar la situación.
Pero la realidad no es como las películas.
Cuando el vino hablaron, como si fueran dos amigos que no se veían hacía tiempo. Por supuesto, como ella bien dijo, su presencia impuso silencio sobre sus sentimientos.
Cuando el tuvo sus pertenencias recogidas y ya se iba a marchar ella se acercó y, sonriendo, le dijo:
-Si te doy algo ¿me prometes que lo leerás? y extendió su brazo descubriéndole la carta albergada en su mano. El sonrió pícaramente y le contestó:
-Si quieres que lo lea lo leeré, pero no esperes ninguna respuesta.
Victoria estaba segura de ello. Fuera si o fuera no, ella nunca lo sabría. Pero al menos tenía la certeza de que leería sus sentimientos. Y el nunca faltó a su palabra.
Apoyada en la barandilla de la escalera de su casa, Victoria vió como su único amor se marchaba, pero algo dentro suyo le decía que aquello no era un "para siempre".
-Hasta luego, le dijo cuando ya iba por el tercer piso. Y justo cuando creía que ya no le contestaría oyó a lo lejos entre risas:
-Ayy, hareis que me tenga que poner duro con vosotras. Fueron sus últimas palabras antes de desaparecer al final de la escalera de caracol. Como sabía el cabronazo que Luna había sido su cómplice en la trama, ¡qué bien las conocía!

Epílogo

Puede que no necesitara una respuesta. Puede que no le necesitara a él. O tal vez puede que lo único que necesitara entonces fuera decirle de una vez por todas todas las cosas buenas que se merecía. No lo se aún. Lo único que se es que, a partir de ese día, las cosas han ido muchisimo mejor que en estos dos últimos años. Ya no sufro por amor y de aquellos años guardo el más bonito de los recuerdos: haber conocido la felicidad absoluta y constante.
Y me siento orgullosa porque se que muy poca gente puede afirmar haber llegado hasta algo tan grande, y tan desconocido a la vez, sin apenas dudarlo un segundo.


sábado, 9 de febrero de 2013

Distancia



-¿Cuántos días quedan, corazón?
-No muchos, tranquila. Mientras tanto puedes cruzar el océano, acortar las distancias con un "te quiero".

lunes, 14 de enero de 2013

Despertar



No teníamos nada, vivíamos cabalgando sobre el tiempo, soñábamos con poderosas alas de animales legendarios, éramos ajenos a la rutina del mundo y el calor de nuestros cuerpos nos protegía de cualquier forma que pudiera adoptar el dolor.
Siempre era primavera, no existía el frío, no había mal, las lágrimas se habían extinguido.
Pero un día,  inesperado día,  la realidad atravesó nuestras defensas y se llevó la inocencia de nuestro mundo dejando una herida de profunda confusión y triste abandono.
Aún nos quedan la pasión y el cariño, y la incertidumbre de no saber que será de nosotros.